jueves, 14 de febrero de 2013

Consejos para construir una pensión desde la juventud

Análisis & Opinión


Marcelo Duque es Administrador de Empresas de la Universidad del Valle (Colombia), especialista en Mercadeo de la Universidad de los Andes (Colombia), Magister en Administración de Empresas Icesi & Tulane Univiersity y docente de la Universidad Icesi en las maestrías. Posee una experiencia de 23 años en temas pensionales y de seguros.

Tue, 02/12/2013


Qué tanto reflexionamos sobre el futuro pensional de nuestros hijos. Probablemente hoy estén concluyendo sus estudios universitarios o empezando su vida laboral y es el momento de adecuado para acompañarlos en la construcción de su camino pensional.

Es muy factible que a quienes tengan hoy menos de 25 años, sus condiciones les cambien como resultado de reformas pensionales que los obliguen a trabajar más años y con mensualidades inferiores a las que actualmente vemos en los pensionados.


Es básico operacionalizar el proceso, insistiéndoles e inculcándoles todos estos valores para que en su edad adulta o en su vejez vivan bien. Vemos que la población en el mundo está envejeciendo cada vez más, lo cual significa que nuestros hijos tendrán la probabilidad de vivir hasta los 100 años o más.
En ese orden de ideas, es necesario que los padres de familia iniciemos un proceso de educación a nuestros hijos, para que ellos mismos desde jóvenes construyan un capital con fin pensional, que les permita tener una vejez digna y acorde a sus expectativas económicas.

Los sistemas de ahorro voluntario en el mundo o los también llamados planes complementarios de pensión, como los define el Banco Mundial, son un mecanismo de ahorro donde la persona busca a través de un aporte mensual obtener un capital que, a su vez, se traduzca -cuando llegue su edad de retiro- en un complemento de su pensión obligatoria.

Los sistemas de ahorro en el mundo, y Latinoamérica no es la excepción, premian el ahorro temprano porque los rendimientos en periodos largos de tiempo pueden hacer crecer el capital de manera importante. La clave y gran recomendación es no retirarlo para otros fines como, por ejemplo: compra de vehículo, viajes, etc. Lo aconsejable es pensar en un dinero mensual a ahorrar y hacer de cuenta como “si no existiera” ese dinero.

Veamos con un ejercicio la cantidad de dinero que una persona joven, disciplinada y con claridad sobre su futuro pensional puede reunir.

Para los ejemplos asumiremos una rentabilidad real de 6% efectiva anual, pagos mensuales continuos, ningún retiro del dinero ahorrado hasta que cumpla 62 años, y los mismos parámetros matemáticos y actuariales de la pensión obligatoria expresados hoy. Tomamos 62 años como una edad promedio de retiro en Centro y Sudamérica.

Caso 1

Una persona que empieza a ahorrar a los 22 años un valor mensual de US$100, logrará un capital a los 62 años de US$211.000, lo cual se traduce en un pensión a recibir aproximada de US$1.000.

Caso 2

Una persona que empieza a ahorrar a los 22 años un valor mensual de US$222, logra un capital a los 62 años de US$423.000, y recibirá un valor mensual como pensión de complementaria de US$2.000.

Una buena forma de persuadir a un joven universitario que ahorre ese dinero es haciendo la equivalencia diaria, es decir:

*Si son US$100 mensuales, es igual a US$3 diarios.

*Y si son US$222 mensuales, un ahorro diario de US$7.

Podemos concluir que lo más importante es tener conciencia de la importancia del ahorro pensando en un futuro amable y sin grandes problemas económicos. Esto, requiere disciplina, método y orden. Además de ofrecer a los hijos ese apoyo familiar que es tan importante.

Es básico operacionalizar el proceso, insistiéndoles e inculcándoles todos estos valores para que en su edad adulta o en su vejez vivan bien. Vemos que la población en el mundo está envejeciendo cada vez más, lo cual significa que nuestros hijos tendrán la probabilidad de vivir hasta los 100 años o más.

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